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jueves, 23 de mayo de 2013

SE FUE EL ALMA SEVILLANA






El pasado domingo mientras cenaba en el Rocio en casa del Litri recibí la triste noticia del fallecimiento del maestro Pepe Luis Vázquez Garcés, torero de la escuela de la gracia sevillana junto a Chicuelo y Manolo González.
Inmediatamente me puse en contacto con algunos de sus hijos para darles mi más sentido pésame pues ellos sabían de mi admiración por su padre.
El maestro Pepe Luis falleció en la intimidad de los suyos de manera discreta y sin hacer ruido, tal y como él fuera siempre pues nunca le gustó prodigarse en actos taurinos ni sociales.
Hace ya algunos años que no veía al de San Bernardo con el cual coincidí hace ya algunos años en los aledaños de la Gran Plaza cuando aún no había perdido definitivamente la visión y aún podía valerse por sí mismo.
El mundo vio Nacer a Pepe Luis en el barrio de San Bernardo en el año 1921, donde también fue despedido tras haber estado instalada su capilla ardiente en el Ayuntamiento de Sevilla desde la mañana del lunes hasta que se ledo sepultura. Nació en el seno de una familia humilde en San Bernardo, barrio de toreros por antonomasia de Sevilla. Comenzó a los 13 años a torear a hurtadillas en el matadero municipal, de donde su padre era capataz de matarifes y así, entrenaba toreando a los animales antes de ser sacrificados, lo que era según él comentara después una escuela taurina no autorizada. Seguro que sus compañeros de correrías fueron sus hermanos Manolo y Antonio con los que las horas de siesta veraniegas y las frías noches de invierno serían la salida perfecta para dar rienda suelta a su tauromaquia.
Obviamente nunca pude ver torear a Pepe Luis, tan sólo en vídeos antiguos.
Era un torero sencillo, genial y artista con una cabeza privilegiada para a lidia.
Toreó con las máximas figuras del toreo de su época en España y América. Debutó como novillero en 1938, y dos años más tarde tomó la alternativa de manos de Pepe Bienvenida y Gitanillo de Triana, con los que compartiría cartel muchas tardes. En 1938 coincidió de novillero en Sevilla con Manolete, con el que toreó hasta que el cordobés fuera cogido mortalmente en Linares el último día de su vida. No fue su única tarde trágica pues en otra ocasión, en la Plaza de Toros de Madrid también también perdió la vida Félix Almagro tras una mortal cogida en el cuello.
Pepe Luis toreó con todos y todos los encastes, y fue santo y seña en los carteles de la mítica ganadería de Miura, considerando siempre “Zahariche” como su casa.
Aunque no inventara el genial pase de El Espartero, Pepe Luis fue el represntante número 1 del cite del “cartucho de pescao”, donde se colocaba en los medios con la muleta en la mano izquierda plegada a modo de cartucho de pescao y que soltaba en el embroque habiendo citado al toro en la distancia.
Sevilla ha perdido a uno de sus geniales y grandes toreros, y por ello el toreo hoy está de luto.
Siempre hablé con sus hijos del coraje que me daba de que Sevilla no le hubiera rendido el merecido homenaje en vida que el diestro de San Bernardo merecía, aunque bien es verdad que en el año 98 recibió la Medalla al Mérito de las Bellas Artes, y en abril de 2003 se instaló su imagen en el Paseo de Colón frente a la Maestranza. Sus hijos, así como su padre nunca dieron importancia a los premios y homenajes y esa es la sencillez de la familia Vázquez Silva, la cual tiene todo el respeto ganado a pulso por sí mismos, y siendo reconocido por toda la sociedad que los conoce.
Ya se fue Pepe Luis, pero quedará su esencia para siempre en el recuerdo del aficionado.
Quiero recordar una anécdota que cuentan y que dice lo siguiente: un día se le acercaron a Manolete y le dijeron que a Pepe Luis lo había cogido un toro; a lo que contestó que eso era imposible y que como mucho, se habría resbalao. Y así fue, resbaló y recibió una fuerte cornada en la cara en la plaza de toros de Santander.
Ayer Sevilla se quedó ciega del dolor por perder a uno de sus hijos toreros geniales, pero seguro que ya el torero de San Bernardo se encuentra en los cielos junto a tantos y tantos torros que ya se fueron, y que dejaron la tierra para pasar a la vida de la paz y el descanso, donde seguro seguirán dando grandes tardes de gloria. Gracias Maestro por habernos dado tanto; gracias por habernos dado todo.

3 comentarios:

  1. Sensibilidad, sentimiento y calidez en la palabra de una aficionada, que vive, siente y sueña el toro. Defiende la Fiesta, quiere la verdad del toreo y sueña cada día que la verdad de todo cuanto nos rodea esta en una lance a la Verónica, un natural de mano baja y un remate de desprecio. Enhorabuena.

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  2. Como te jalearia la Maestranza bieeeeeen, bieeeeeen, buenooooo. Eso es lo que tu haces por la fiesta bien y bueno, un beso de un amigo tuyo pintor.

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  3. GRACIAS POR VUESTROS HALAGOS. EL MAESTRO PEPE LUIS MERECE TODO MI RESPETO Y ADMIRACIÓN Y POR ESO TENIA QUE DARLE MI PEQUEÑO HOMENAJE

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