FOTO: ARJONA
Hace casi un
mes escribí sobre la cogida de Morante de la Puebla y confieso que me equivoqué
en que el de La Puebla no estaría para su encerrona de Ronda y vaya si estuvo,
y dio un auténtico recital de toreo añejo con el que pudieron deleitarse todos
los asistentes al evento taurino del 2013; que el año pasado sería en Nimes y
éste, ha sido en Ronda. Maestro es por esto que tengo que pedirle perdón.
Y esta
semana de nuevo, el tiempo corre en mi contra , más que nada porque llevo toda
la tarde “birlongueando” y hace un ratillo se me ocurrió pararme a ver unas
imágenes de la tarde de Ronda y tengo que deciros que esta tarde he visto
torear al torero de La Puebla, ha toreado seis toros en solitario y ha sido en
la Real Maestranza de Ronda.
El “vestío”
del torero era de “tacazo”, cuidado milimétricamente todos los detalles; el peinao,
el bicornio y hasta el puro que se iba a fumar el sevillano, el coche de caballos
que debía llevarlo a la plaza donde llevar a cabo su gesta, a tan sólo 27 días
de un “tabacazo” que a cualquiera le hubiera “mandao” pa su casa debiendo
cortar la temporada.
Comienza el
paseíllo y retumban en mi cabeza los pensamientos del maestro cual timbales.
Sueña con bordar en oro una página de la historia del toreo, lleva un dedal y
una pequeña aguja por la que sólo cabe un hilo muy fino de orfebrería con el
que poder bordar el mantón rondeño. Mantón bordado por tardes cargadas de
efímeras faenas que sólo vivieron en la memoria de los que las disfrutaron.
Yo este fin
de semana no pude estar en Ronda, pero os puedo asegurar que esta tarde he
estado allí y he visto torear de la forma que sólo saben hacerla los dioses.
Los que me
conocen, saben que no me gusta escribir
sobre cosas o faenas que no he visto o vivido en una plaza. Anoche mismo me
estuve negando a ver ningún video ni a
leer ni una sola crónica de la tarde de Ronda, porque pienso que la magia de
esas tardes sólo se puede sentir estando presente en la plaza, con todo lo que
ello conlleva girando a tu alrededor. Es cierto que tampoco me gusta ver los
vídeos de las faenas guardadas en el cajón de mi escasa memoria con la etiqueta
de “mis preferidas” porque esas imágenes romperían el misticismo de esas tardes,
de mis sentimientos y de mis sensaciones vividas en cualquier plaza del mundo.
Pues bien,
hace un momento me puse a ver fotografías de la tarde de Ronda, cargadas del
mayor romanticismo morantista, si me apuran, e incluso un tanto barroco o
recargado. Las faenas inmensas, llenas de pases infinitos, parando todos los
relojes que controlan el tiempo de los mortales. Esos cambios de mano, esos
kikiriki, ese trincherazo profundo, eterno, con el mentón “clavao” en el pecho,
y la cintura “partía”, y esas manitas cogiendo la seda del percal con las yemas
de los dedos.
Hoy quería
hablaros de tantas cosas, de tantos muslos partíos, de tantas nuevas promesas,
de si los indultos son lo que debieran de ser, de si la televisión nos ha
venido bien o ha sido negativa en algún recodo, de las plazas de temporada que
eran Madrid y Sevilla, y que servían de trampolín para tantos que querían ser
toreros y que con los recortes se las han “tragao”…pero sólo puedo deciros una
cosa, y es que esta tarde he “estao” en Ronda y he visto torear a Morante, y ya
no tengo ganas de más ná porque esta tarde he “soñao” el toreo.
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